Cuando no se sabe qué decir.

Buenas, no tan bonitas y ni mucho menos baratas,

Tenía bastante que contar, porque hace bastante que no escribo... pero la verdad es que no tengo muchas ganas.

Como muchos ya sabréis, hay alguien cercano pasándolo mal-más de uno y más de dos y en más de un frente- y el que yo narre aquí mis juergas etílicas del jueves con bronca conyugal incluida o mi estreno goleador con las nuevas y relucientes zapatillas de futbolear, pues no va a ayudar en nada... y es lo que jode, que no se puede ayudar en nada... Impotencia se llama eso, si... y por no poder, es que ni pude decir nada, es que me quedo sin palabras... y lo único que me sale instintivamente, es echarme a llorar-si, siempre fui muy llorón, lo sé- pero esto tampoco ayuda, es más, dificulta... o puede dificultar. Veis: no tengo ni puta idea de qué decir... siempre he sido así, las personas que me importan no lo sabrán nunca porque nunca se lo diré, me reservaré las palabras para mí y ellos verán un vinagre que llora como un niño al que le han quitado su pirulí y le han dado una paliza posteriormente para que no se chive al hermano Pablo... y pensarán que soy un gilipollas... y lo malo es que será verdad.

Bueno, lo dicho -más bien lo esbozado- estamos para lo que haga falta... y suena a frase hecha, pero en mi caso por lo menos, no es tal, si puedo ayudar, cuenta conmigo... aunque no hable, aunque sea un vinagre y una seta, cuenta conmigo si me necesitas... porque suena raro decirlo- y más a alguien como yo- pero os quiero... y hay que estar allí.

Tenía yo cosas que anunciar-más que nada para anunciarlas antes de que alguien que no soy yo, tiene rizos y tez tiznada por el sol del desierto decida anunciarlas en mi lugar... serás perro!!- pero ya las anunciaré cuando estén atadas y bien atadas... y el momento sea más propicio.

A todos los que lo necesitan, un abrazo y esta vez no entiendo de sexos.

ECM (cuya cita del P.D. del anterior post se podía haber introducido por donde le cupiera).