Directo al objetivo:
Mola Amberes. Mola su gente. Mola su comida, en especial, servida por su gente. Mola su catedral. Mola Rubens. Molan los cuadros de amasijos de cuerpos transfigurados en extrañas formas
. Mola Silvio Bravo. Mola-más que Silvio Bravo- Antígono(que por cierto, no es uno de los que se reparte el mundo tras Alejandro, no invente, mr.LHP)
. Mola el gore en la calle. Mola pasear frente a un "mar" que no es mar, "océano" que no es océano. Mola Montserrat Caballé y su furibundo vídeo musical. Mola que tu guía- no es mía, es de un colega, así que si el que se la llevó me la devuelve, lo agradeceré infinito- incluya como atracciones una tienda de música donde venden modernas cassettes y que los más atrayentes fastos por el nacimiendo de Van Dyck ¿? se están preparando para el año 1999... claro que supongo que la entrada costará por lo menos 58 francos belgas.
No mola que no acepten tarjetas de crédito, No terminan de molar las visitas guiadas... en neerlandés. No moló no ver a Tom Boonen. No mola el juicio de mr.IMM sobre las fotos en las que alguien quiere que le toquen los... a 4 manos. No molan los diamantes, a mí no. No moló no visitar el Marcus Antonius, sólo por que es rision, no se crean. No moló la escena del trasero en el ayuntamiento. No mola que un capullo catalán haya mancillado el libro de firmas de la catedral con sus chorradas... ande y muera entre soflamas y pasquines!!!.No terminan de molarme ciertas cosas que algún otro conocido le arrancan una lágrima -además de ganas de evacuar-.
. No mola que en cada ciudad que visitas haya una "primera bolsa de la humanidad"... vamos, no me jodas!. No mola volver al hotel después de cerves y no poder escuchar el programa que llevas tres noches queriendo escuchar.
Pues eso, sorpresón Amberes, muuuuuuuuuuy notaaaaaaaableeeeeeeeee.
Me gustó, voto a tal. Y sé que esta vez, la camarera me miraba a mí!!! las dos!!!
Paseo agradable, tiempo agradable, bar agradable... no es buena cosa sacar comida en un bar donde venden comida, a mí, me da vergüencita, soy español, pero no tanto.
Y eso, ¿saben dónde fuimos una vez llegamos a Bruselas? eso, al mismo bar que había visitado las dos noches anteriores. Y alguien volvió a mangar algo. Y alguien habló de nuevo de la velocidad grupal... y yo estaba alli, pero allí no estaba.
En el hotel el fin del camino, junto a mis fieles cascos amarilleados, junto al moreno que hace como que escucha y que si no escucha, no le culpo... yo, mi, me, conmigo, ese es el problema, conmigo.
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